La Alcaidía, un respiro en el camino
Había eliminado de mis redes sociales la fecha de cumpleaños; de esta manera nadie recordaría saludarme y así fue. En mi familia evitaron el saludo a petición mía.
Preparé el almuerzo para Lucas como todos los días y empecé mi camino por la mañana hacia la comisaría, además de la comida, cargaba conmigo un el enojo, la tristeza, impotencia y un sentimiento de injusticia por todo lo que estábamos pasando.
Unas semanas atrás, yo había impreso una foto que le envié en una carta, era la última foto que nos sacamoss juntos en familia, los tres disfrutando de nuestra libertad. Lucas había tomado esta foto y la enmarcó entre cintas de papel, cartón, lápices de colores y marcadores, junto con una carta. Detrás del marco, su firma con un mensaje de: - “Feliz cumpleaños 41, desde prisión para el recuerdo.”
De regreso a casa el camino se hizo corto, Lucas con sus palabras y muestras de amor, le dieron un sentido a ese día. No era el mejor de los cumpleaños, pero, me llenaba de fortaleza para reconstruirlo desde otra perspectiva.
El día siguiente, fui por la mañana con la misma rutina. Preparé la comida, la carta, y regresé a casa para trabajar. Por la tarde, regresé caminando a la comisaría con su cena, pero, al llegar me dijeron que Lucas no estaba: - “Señora, su hijo fue trasladado esta tarde a la Alcaidía II”
Los últimos meses había escuchado horrores de los penales, no tenía idea de lo que sería una Alcaidía, mi corazón se detuvo y no sabía cómo reaccionar.
Caminé sin sentido hasta el parque más cercana. Recuerdo sentarme en la parte más oscura, quizá eran las 7:00 p.m. y llorar enojada, reclamando a Dios, mientras le marcaba al abogado para entender: ¿por qué lo trasladaron?; ¿por qué no me avisaron?
Las manos me temblaban y seguramente mis palabras de desespero llegaron hasta el corazón del abogado que de repente me decía: - ¿Caro, estás sola? ¿Dónde estás? No debes estar sola en estos momentos, decíme, ¿dónde estás?
Había escuchado a otras madres durante las visitas en la comisaría y me contaban horrores de los penales. Justo para esos días, yo estaba viendo una serie en Netflix llamada "El Marginal", la peor de mis elecciones para ese momento, sí, pero era mi modo tratar de comprender lo que nos esperaba en un penal. Sentía en carne propia lo que la serie transmitía, aún hoy, no me parece exagerado, todo lo contrario, es lo más apegado a la realidad carcelaria en Argentina.
Tenía miedo de violaciones, de golpes, de la seguridad de mi hijo con apenas 20 años en un lugar desconocido con gente desconocida que yo misma jusgaba mal.
Las preguntas insistentes del abogado al teléfono me hicieron reaccionar de nuevo: - Caro, ¿dónde estás? Voy por tí, decime, ¿en cuál plaza estás?
Reaccioné y le dije: - No, quiero estar sola, me quiero morir, ya no quiero vivir más, ¡Dios no existe! No quiero saber de nadie. - Apagué mi celular.
Estuve ahí sentada, esperando quizá que cayera un rayo del cielo y acabara conmigo, que alguien terminara con todo ese puñado de sentimientos que me tenían ahí inmóvil, aplastada contra el suelo, en donde la existencia misma pesaba tanto que no me permitía moverme y tampoco quería ver ninguna luz.
Era muy tarde ya cuando me levanté entre sollozos de esa banca en el parque, en medio del frío y caminé lento, casi arrastrando mi existencia, de regreso a casa con los recipientes repletos de la cena que llevaba para Lucas.
A la mañana siguiente, recibí una llamada de Lucas.
El alma volvió al cuerpo al escucharlo y me dijo: - "Mami, estoy bien. Aquí es mucho mejor que la comisaría, puedes estar tranquila. Además, puedo tener celular"Me preparé un café enseguida y tomé un taxi hasta la Alcaidía con gran alegría, llevando un celular que la tía de Lucas me entregó para él.
La mañana tenía otro color. La voz de Lucas tenía un tono diferente, se escuchaba mejor. El lugar no era como me lo habían contado, además, por fin habíamos dejado atrás a las personas que por meses lo estaban maltratando y la oscuridad en la que había vivido
La Alcaidía
Estos lugares son, en teoría, penales de estadía temporal, mientras se resuelve la situación procesal o se define algún penal para almacenaje. Sí, almacenaje, porque es lo que se hace con los seres humanos etiquetados como presos: quitarlos de la vista, apartarlos para que “dejen de ser un problema para la sociedad.”
Sin embargo en la alcaidía, contrario a comisaría, encontramos un espacio más humano. Había camas para cada uno de ellos, algo tan básico, espacios más limpios, patio donde sentir el sol que por meses había sido ausente en su vida y áreas adecuadas para recibir a las familias. El trato del personal siempre es el mismo: son militares de profesión. En Costa Rica no tenemos ejército y, por ende, es difícil asimilar siquiera cómo puede ser algo así. Somos un país privilegiado y confío que permanezca siempre de esta manera.
Durante casi los cuatro meses, Lucas permaneció en la Alcaidía II de La Plata. Mientras tanto, yo movía cielo y tierra esperando respuestas sobre el proceso y poco a poco, nos tocó acostumbrarnos a esa realidad. Eso es un proceso legal: acostumbrarse a los tiempos de la justicia, que van a un ritmo diferente e inhumano.
Lo visitaba una vez a la semana, pasábamos las horas tomando café y conversando entre los gallitos de comida que le llevaba para compartir.
Cuando los privados de libertad están en prisión preventiva, su situación legal es inconclusa, están a la espera de un juicio y, por lo tanto, no hay posibilidad de estudio. No es posible porque las Alcaidías son unidades temporales y no existe el acceso a carreras universitarias, secundaria o primaria, únicamente en algunos penales y hasta que se define una sentencia.
Video que hizo Lucas en junio 2022
El acceso al celular en los penales
Durante todos los meses que Lucas había permanecido en la comisaría, no había logrado comunicarse con la familia. Esto era un vacío para todos los que desde lejos vivieron la situación, con un dolor tan grande como el mío.
Mi hijo Tomás permanecía en Costa Rica, pero mis historias ya empezaban a levantar sospechas en él. Cuando llamaba, preguntaba por Lucas y pedía que se lo pasara al teléfono. Le respondía que Lucas había salido con amigos o que estaba en la Facultad en clases.
Tener un celular significó mucho para todos, por fin Lucas pudo llamar a Tomás. Esto me dio un respiro para adquirir la fuerza que necesité para contarle a Tomás la verdad sobre la situación de su hermano, unos meses después. La familia por fin logró hacerle una videollamada, abrazarlo a la distancia y demostrarle todo el amor que le tienen.
Para mí, era tenerlo más cerca, a un mensaje, a una llamada ante cualquier necesidad o simplemente para darle mis buenos días o el te amo de cada noche. Así ha sido hasta el día de hoy.
Con el celular Lucas ha tenido acceso a la terapia psicológica, además de la contensión emocional que la familia le provee. Por este medio ha visto crecer a sus primos y primas, que hace más de 3 años no logra ver en persona.
Una nueva mirada a las llamadas desde prisión
Estando ya en Argentina, aquellas llamadas cesaron por cambiar mi número local. Pero, un día recibí una llamada por medio de WhatsApp, pues aún conservo en esta aplicación mi número de celular de Costa Rica. La llamada tenía un logo de un banco local reconocido y yo contesté.
El hombre al teléfono empezó su habitual discurso para ejecutar la estafa, pero esta vez mi mirada hacia esta situación había cambiado. Le dije: - "¿Estás en la cárcel? Yo estoy en Argentina y me tuve que venir acá porque mi hijo está preso. Mi hijo también tiene celular, pero no lo utiliza para estas cosas y estoy segura de que usted podría hacer lo mismo."
Él me escuchó con detenimiento, se disculpó, me preguntó por mi hijo, se preocupó por nuestra situación y lamentó lo que estábamos viviendo. Me dijo: “Su hijo es muy privilegiado de tenerla como mamá. Yo hago esto porque es un trabajo, el celular ni siquiera es mío, me pagan y así puedo comprar jabón, pasta de dientes y cosas que necesito para vivir aquí encerrado porque, a mí nadie me viene a visitar y mi mamá no atiende mis llamadas.”
Lamenté tanto estar lejos y no poder darle un abrazo. Mi corazón estaba más atento y doy gracias a Dios de haber aprendido esta lección. Lo llené de bendiciones antes de despedirme de aquel hombre.
Lo más simple siempre es juzgar, porque es natural en el ser humano demostrar su ego. Amar al prójimo es complejo, porque elegimos con el dedo al prójimo, y así no funciona. Pero, el camino me ha enseñado a amar a aquel que hace daño, al que nadie entiende, aquella persona que nunca conoció el amor. Entre más amor comparto, más amor tengo, porque es algo que Dios bendice y multiplica.
Deseo que cada persona reciba con atención y amor lo que necesite aprender de este testimonio, que no sea necesario vivirlo, porque para eso son los espejos que la vida misma se encarga de colocar en el camino.
Agradezco mucho tu lectura, de esta manera también eres parte del camino y con cada mensaje que recibo, la carga se vuelve más liviana.
Si Dios está conmigo quien contra mi, Carolina eres muy valiente sigue luchando por tu hijo que Dios pronto hará justicia, adelante y siempre agarrada de la mano de nuestro señor. Abrazos y miles de bendiciones.
ResponderEliminarUna madre maravillosa, que aún llena de dolor, inspira a amar, a acoger, a valorar! Gracias Caro, que mensaje de ejemplo y lucha, de fortaleza y esperanza! Un abrazo!
ResponderEliminarEsta es una historia real que mi hija ha tenido que enfrentar con mucha valentía y se ha llenado de fortaleza. Dios la está usando para mover sentimientos en todos los que la siguen con esta historia
ResponderEliminarQue el. ESPIRITU SANTO te llene de fe esperanza y caridad. Muchas veces nos preguntamos porqué a mi, que he hecho mal, Dios se ha olvidado de mi. La respuesta está en que lo que Dios hace tiene un propósito que muchas veces no entendemos de momento. Solo el tiempo y las sircuntancias nos guían al propósito de Dios para nuestras vidas. Clamó al Todopoderoso por sabiduría para que mi hija logre seguir su camino sin apartarse de los senderos que Dios la está preparando para lograr los propósitos del padre celestial en su vida y en la de sus hijos. Adelante cariño Dios esta contigo.
Un abrazo Karo
ResponderEliminarEres expectacular a pesar de todo te levantastes y lograste continuar y a pesar de su enojo Dios te guió hacia una claridad. Siga luchando a pesar de todas tus adversidades eres maravillosa
ResponderEliminarQue fortaleza Carito,que Dios te siga guiando y fortaleciendo todos los días más,miles de bendiciones, un gran abrazo🥰🥰🥰♥️
ResponderEliminarCaro cada publicación me duele mucho.pero esta de hoy me quebro no pude parar de llorar..
ResponderEliminarMe duele demasiado como.madre y como tu amiga por todo lo que has pasado., de todo corazón te abrazo y pido a Dios que cada día te fortalezca 🙏❤️🩹
Hola Mi chiquitesperanzaa , que Dios te asista siempre en todo lo que hagas, sigue adelante y no piedas la fe y la esperanza , el Señor ponga en ti ese espiritu Santo y te conseda la sabiduria y el disernimiento . Eres una valiente , yo siempre te mantengo en mis oraciones y le siplico a Dios que te envie angeles y te asista y no te sueltes de su mano , un gran abrazo desde tu tierra .
ResponderEliminarFuerza y esperanza que pronto vengan soluciones , saludos a tus hijos , te quiero mucho.
Te abrazo carito fuerte desde costa..me dejas sin palabras pero con un gran aprendizaje cada vez que te leo
ResponderEliminarDios bendiga tu vida la de lucas y tomas
Cada día admiro más tu fuerza, tu fortaleza y tus determinación. A pesar de la prueba tan grande en la que estás pasando tienes el amor y el valor para compartir y darnos a cada uno de los que leemos tu historia una lección de amor. Eres una madre increíble y oro a Dios y al espíritu Santo que te sigan llenando de fuerza y protección a Ud y a tus hijos. Un abrazo muy solidario.
ResponderEliminarHoy viendo esas cartas, recuerdo tanto las cartas que me escribías, siendo su maestra. Mi niño espero en Dios todo esto se aclare. Te quiero mucho.
ResponderEliminarHola Carito que alegria me da que Lucas este mejor, pronto Dios hará su justicia y van a poder volver a CR juntos. Un abrazo a la distancia.
ResponderEliminarCaro no sé si me recuerdas, fui maestra de Lucas, y nos queríamos mucho 🥺 leer esto me dejó un hueco en el corazón, pero quiero que le digas a Lucas que aún guardo nuestras fotos y lo recuerdo con mucho amor ✨🫶🏽🙏🏽 Dios me los cuide y bendiga siempre
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