Unidos por Lucas: Justicia y Reunión Familiar
✨Bienvenidos a este espacio de luz, verdad, fe y amor ✨
Soy Carolina, mamá de Lucas y de Tomás. Desde hace más de tres años vivo una lucha constante, con el corazón dividido y una fuerza que solo nace del amor de madre.
Mi hijo Lucas está injustamente detenido en una cárcel en Argentina, lejos de su casa, de su hermano y de mí. Somos una familia costarricense que se ha visto obligada a migrar, a resistir y a no rendirse frente a una injusticia que nos ha golpeado profundamente.
Sigo luchando cada día por su libertad, por su dignidad, y por la posibilidad de que volvamos a estar juntos. Esta campaña nace desde el dolor, pero también desde la esperanza: la de reunirnos nuevamente y hacer visible una realidad que muchas veces queda silenciada.
📖 Un resumen de nuestra historia
Mi nombre es Carolina Solórzano. Soy mamá de Lucas y Tomás. Fui madre a los 19 años, y desde entonces mi vida entera ha sido una lucha constante por sacar adelante a mis hijos sola, con esfuerzo, con trabajo honesto y con muchísimo amor. Nacimos y crecimos en La Fortuna de San Carlos, un pequeño pueblo de Costa Rica donde el turismo es el alma de todo. Desde los 17 años trabajé en este rubro para que mis hijos tuvieran las oportunidades que yo no tuve: estudiar, conocer el mundo, soñar en grande.
Lucas, el mayor, tenía el sueño de estudiar arquitectura. Argentina se presentó como una oportunidad accesible y enriquecedora, así que hicimos todo lo posible para que pudiera venir en 2022, con solo 19 años, una maleta y muchísima ilusión.
Pero la pesadilla empezó justo para el día de su cumpleaños, sus 20 años.
Una chica —prima de uno de los muchachos con los que él convivía— lo denunció falsamente por abuso sexual. Una detención repleta de irregularidades, incumplimiento de protocolos, una golpiza monumental por parte de la policía y Lucas inconsciente sentado en el inodoro de un baño por descompensación ante el abuso de drogas por parte de ambos. Lucas fue encarcelado de inmediato. No tuve más opción que viajar desde Costa Rica con dinero prestado y una promesa en el corazón: no volver a casa hasta que mi hijo recupere su libertad.
Durante los primeros seis meses, Lucas estuvo en un calabozo sin luz, sin cama, sin comida digna. Dormía en una ducha en el suelo, rodeado de cucarachas. Yo le llevaba alimento dos veces al día, caminando 7 kilómetros para llegar hasta la Comisaría. Lo veía una vez por semana, entre barrotes y hacinamiento de personas en el pasillo de las celdas. Le escribía cartas. ¡Nunca me he rendido!
Casi 7 meses después logré traer a Tomás a Argentina, que entonces tenía nueve años, para que pudiéramos estar juntos como familia. Tomás dejó todo también, sus amigos, escuela,casa, familia, para empezar un gran esfuerzo y adaptarse a esta nueva cultura. Luché hasta lograr que Lucas recibiera prisión domiciliaria ese año y poder ver a su hermano. Hice contratos de alquiler, pagué terapias psicológicas, construí un hogar en medio del dolor para cumplir con todos los requisitos y obtener este beneficio mientras llegaba el juicio. Todo con mi único salario. Pero aun así, la justicia siguió su curso, lento y ajeno al dolor humano y al desgaste económico que las familias de privados de libertad vivimos.
Lucas cayó en una profunda depresión un año después de estar en prisión domiciliaria ante la negativa constante de no poder estudiar, trabajar o recibir justicia. No quería comer, ni dormir. Empezó a delirar, a desconectarse cada día más de la realidad que lo envolvía. Fue diagnosticado con depresión. Una noche huyó porque escuchaba voces que le decían que tenía que correr lejos. Tres días después lo encontramos gracias a la ayuda de una enfermera en un Hospital cerca del Aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires, a 70 kilómetros de casa. Había sido detenido por la Policía del Aeropuerto, lo encontraron desorientado, deshidratado dentro de un avión estacionado en el Aeropuerto, sin saber quién era y cómo llegó hasta allá, inconscientemente guiado por su deseo más profundo: Terminar con esta historia y salir de Argentina.. Aún así, el juez decidió quitarle el arresto domiciliario y sacarlo del hospital sin tener un alta médica. Lo consideró un intento de fuga, no consideró los informes del médico psiquiatra que lo atendía, y lo envió de nuevo al calabozo en donde todo su trauma inició.
Ha pasado por cárceles inhumanas, convivido con personas ya juzgadas, sin acceso a medicamentos, hasta que gracias a un Habeas Corpus y al Comité por la Memoria (Derechos Humanos), fue trasladado a una unidad penal neuropsiquiátrica. Allí sigue hoy. Con el mínimo de seguimiento médico que le pueden brindar. Perdió toda esperanza. Pero en este lugar hemos encontrado personas buenas a las que hoy llamamos amigos.
En marzo de 2025, tras más de tres años de espera, llegó el juicio. Las pruebas de ADN tenían resultados negativos y no había evidencia física de agresión acorde con el relato de la mujer que lo denunció. No había evidencia absoluta de abuso sexual. Solo dos versiones: la suya y la de la denunciante. Aun así, el juez ignoró todas las pruebas científicas, desestimó toda prueba pericial y sentenció a Lucas a 10 años y 6 meses de prisión.
Fue un golpe brutal. Inexplicable. Injustificable.
Se realizó la apelación de este juicio, pero la respuesta puede tardar más de un año. El juez que atendió la causa de Lucas hizo una hipótesis unipersonal que respaldara su sentencia con tintes xenofóbicos y sin fundamento jurídico. Mientras tanto, yo sigo acá junto a Tomás.
Estamos en Argentina, un país hermoso a pesar de todo, al que aprendimos a llamar hogar, aunque no tenemos una casa propia. Sigo sosteniendo sola a dos hijos. Sosteniendo una lucha por justicia que me atraviesa como madre, como mujer, como ser humano.
💔Empezar una campaña en de recolección de fondos
Fue difícil la decisión de empezar esta campaña que, no es solo para Lucas, no solo para mí. Es para seguir luchando por todas las personas atrapadas en un sistema que los condena sin escucharlos.
La vida poco a poco ha transformado mi lucha en una causa de apoyo a otras madres que como yo, estamos ahí como pilares de soporte para nuestros hijos.
Sobre todo, en estos momentos, es una lucha económica. Estoy sola. Y ya no puedo más.
Decidí entonces empezar a escribir porque, era como un nudo atado en mi garganta y debía soltar, confiar y dejarme apoyar.
Sé que desde Costa Rica muchas personas empezarán a leer nuestra historia, para aquellos que decidan apoyarnos por medio de Sinpe Móvil, he habilitado una cuenta en Costa Rica a mi nombre, Carolina Solórzano Solís, con el celular número: (+506) 8899-5155
También para aquellos que deseen ayudarnos desde el extranjero, pueden hacerlo vía:
PayPal: @carosolsol
Depósito USA:
Nombre del destinatario: Carolina Solorzano
Banco: Lead Bank
Nro de cuenta: 212138561599
Nro de ruta: 101019644
Tipo de cuenta: Corriente
Todo lo que he hecho, lo he hecho con amor. Incluso dejé atrás mi propio emprendimiento en Costa Rica: una fábrica de salsas caseras, ganadora de premios nacionales como mejor salsa picante del país llamada La Gula. Dejé todo por la libertad de mi hijo.
Esta causa ya no es solo mía. Es de quienes creen en el amor, en la dignidad humana y en la justicia. Es para todas aquellas familias que necesiten contención ante situaciones en donde hasta nosotros como familiares, terminamos siendo juzgados por la sociedad.
🕊️ Llamado a la acción y agradecimiento
Cualquier ayuda, por mínima que parezca, puede tener un impacto enorme en nuestras vidas.
No sé cuántos años más nos llevará esta lucha, pero cada día me levanto con fuerzas renovadas gracias al amor que nos une como familia. Esta historia aún no ha terminado, y mi mayor esperanza es poder contar algún día un final feliz: ver a Lucas en libertad, ver a mis dos hijos sonriendo juntos, sin miedo, sin dolor.
Si hoy estás leyendo esto, ya sos parte de este camino. Te invito a que nos ayudes, si podés, con una donación. Y si no podés donar, compartir esta campaña también es una forma de ayudarnos profundamente.
Yo no busco venganza, busco justicia y oportunidad para rehacer nuestras vidas. No quiero castigo, quiero reconstrucción. Y en este camino he descubierto que, incluso en los lugares más oscuros, el amor puede abrir una puerta.
Cada semana que visito el centro penal, intento llevar algo más que comida: una palabra, un abrazo, una muestra de que no estamos solos. A veces también acompaño a otras familias que vienen caminando bajo la lluvia y los acerco en mi auto. Esta experiencia me ha transformado. Me ha enseñado que el amor no se agota: se multiplica.
En un país donde estoy lejos de mi familia, he encontrado almas buenas que ahora son nuestro apoyo. Los compañeros de Lucas que para la sociedad son inimputables por sus condiciones mentales y lejos de buscar una red que los incorpore, que los acerque a sus familias, son almacenados en centros penales lejos de toda contención amorosa.
Gracias, de corazón, por tomarte el tiempo de leernos.
Gracias por tu humanidad.
Gracias por acompañarnos en esta lucha.
🌟 Carolina
🌟El miedo no puede habitar en una mente donde reina la fe
Muchas gracias por tu lectura 🙏🏻
También puedes colaborar compartiendo con otros este testimonio de amor 💜
Gracias por algún tener el valor de ser fuerte y de publicar esta historia es bueno saber todo ya aclarado ya que a mí nadie nunca me explicó nada sobre el asunto y vivía con la preocupación de que está pasando con mis seres amados rodando y repitiéndose por mi tonta cabeza una vez más gracias.
ResponderEliminarHola Carito!! Dios escucha tú oración. No se ronda, aunque todo parezca difícil, Dios escucha tú oración y la justicia es de él, sólo dele gracias en medio del dolor y desesperación. He leído tú historia y como madre te entiendo, pondré mi granito de arena y lo publicaré ai familia para que hagan su aporte también. Pronto estarás de vuelta con tú hijo y Dios sanará su mente, ten fé.
ResponderEliminarUn abrazo y estaré clamando por la justicia de Dios
Gracias mi niña por escribir tu historia de amor , no estás sola lo sabes Dios está con ustedes y nuestras oraciones también.Dios siempre tiene un propósito en cada cosa que pasa.
ResponderEliminarTe amo y te abrazo desde mi corazón.
Caro eres una mujer admirable, echada para adelante con todo el dolor y sacrificio de madre luchando por sus hijos.
ResponderEliminarTe Amo 💖 "Tía Rosy "
Un gran abrazo Carito y mis oraciones para tu familia, todo va a estar bien, primero Dios
ResponderEliminarHola Carito espero que te encuentres bien. No sabia nada de este proceso por el cual estas pasando con tus hijos, espero que todo te salga bien y confia en Dios El tiene un tiempo para todo y pronto estaran aquí en Costa Rica y todo lo que han vivido será para dar testimonio de que el amor de una madre todo lo puede.
ResponderEliminarNo sabía de tu situación, me uno primeramente en oración, para que Dios toque los corazones encargados y Lucas pueda pronto volver a CR libre🙏🏼. Y claro que pondremos nuestro granito de arena.
ResponderEliminarGracias por compartir nena! Estoy segura que va a inspirar a muchas personas que estén en situaciones similares. La resiliencia que tiene es digna de admirar 🙏🏻
ResponderEliminarHola Carolina. No sabía de tu situación. Claro que vamos ayudarte. Y sobre todo a tenerte en nuestras oraciones. Un abrazo desde CR.
ResponderEliminarComo madre, no imagino la carga emocional y la fortaleza que estás necesitando para sostener a tu familia en un momento tan difícil, lejos de casa y enfrentando una situación tan dura. Solo quiero que sepas que, desde la distancia, te envío un abrazo lleno de respeto, fuerza y esperanza y admiración. Confío en Dios que todo va a estar bien pronto.
ResponderEliminarQue difícil, como madre de un joven de 30 años no puedo imaginar verlo en una situación así. Solo un madre haría lo que usted ha hecho. Ánimo Soy de Costa Rica de la Fortuna también
ResponderEliminarHistoria desgarradora, solo puedo imaginar tus lágrimas brotando por tus mejillas al escribir cada palabra, solo una madre sabe el amor tan grande que tenemos por nuestros hijos y lo que somos capaz de hacer, eres una mujer valiente y con Dios por delante, pronto esto será solo una historia, vendrán mejores tiempos no pierdas la fe♥️
ResponderEliminarHe llorado al leer esta historia que no conocíamos a fondo, mis oraciones para que esa sentencia sea revocada con la apelación y Lucas al fin sea libre.
ResponderEliminarLes estimo mucho, Dios aumente sus fuerzas y traiga bendición económica hasta que sobreabunde.
Hola Carito. Un abrazo muy fuerte y me uno a tu dolor, sé lo difícil que es estar preso en el extranjero, sin apoyo, familia y amigos, mi odisea duró 1 año y 9 meses. Lo que te puedo decir es que confíe en Dios y agarre fuerzas cada día, el sabe el momento exacto donde Lucas quedará en Libertad. Se que hay momentos muy duros, pero recuerde que el sol siempre sale por más oscura que haya estado la noche. A mi me motivaba saber que en Costa Rica me esperaban mis dos hijos y demás familiares. Así que no afloje solo ore y confianza en Dios . Besos
ResponderEliminarDIOS ESTARA CONTIGO, TU FAMILIA, Y TUS HIJOS. SIGUE LA LUCHA POR TU HIJO Y POR LOS OTROS QUE SUFREN Y ESTAN EN SIRUACIONES SIMILARES.
ResponderEliminarUna mamá que siempre está ahí movida por el amor de sus hijos
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