Una estafa legal: el desconocimiento del proceso penal

Sentimientos muy poderosos gobernaron por mucho tiempo, el miedo, el enojo, la impotencia
y no poder controlar las situaciones que pasaban sobre nosotros como avalanchas que nos golpeaban con fuerza.

Ahora contemplo lo pasado y comprendo que todo fue necesario para construir lo que soy. Entender un poco al miedo, e
se instinto protector que tenemos, el cual abrazo y agradezco su enseñanza pero, ya no me gobierna.
Se deja de batallar contra el miedo cuando finalmente surge la confianza y entonces se inicia una nueva etapa de lucha, con serenidad y sabiduría.

El primer consejo que recibí al momento de iniciar toda esta odisea fue contratar un abogado en Argentina.

Intenté contactar al Juzgado, sin embargo, debía ser presencial la consulta para lograr acceder al defensor público asignado.

Estuve investigando horas en internet, llamando a bufetes de abogados, contactos que aparecían en mi búsqueda como opciones de penalistas, pero, las respuestas fueron similares:

  • “podría ir a ver el caso de su hijo, pero, la otra semana, porque es feriado”
  • “puedo revisar el caso, pero, una vez que deposite $200 usd, eso sí, el lunes de la otra semana porque es feriado”

Justo ese día era feriado en Argentina, jueves 24 de marzo del 2022 y el viernes se juntaba al fin de semana para crear un feriado puente, así lo llaman. Hacer depósitos en Argentina desde el exterior y en dólares, era una cuestión meramente imposible. Querían dólares físicos y billetes de $100 usd de cara grande, dolar azul o blue como lo llaman aquí.

No había espacio para las súplicas de una madre que, con desespero quería comunicarse con su hijo; tampoco hubo conmoción ante mis lamentos y explicaciones; aquellas respuestas eran parte de lo común en su oficio.

Lo que para mi era una situación desbordante que jamás había vivido, un proceso completamente ajeno a mi realidad, aquel era un tema de cotidianidad para los abogados.


Era un día feriado, nada era más importante que eso, el trabajo podía esperar. Para mí no era trabajo, cada minuto que pasaba sin saber de Lucas era un sin fín de posibilidades que no quería siquiera imaginar.

Finalmente y por referencias, encontré un abogado en La Plata, quien me atendió ese mismo día. Me dijo:

“Voy a ver a tu hijo hoy mismo para que te quedes tranquila y luego hablamos.”


La Justicia: abogados

Empecé a escribir sobre el abogado. De repente, analicé el texto y encontré en las palabras manifestaciones de enojo, dolor, resentimiento... era una denuncia por lo sucedido. Entonces borré todo y empecé de nuevo, porque considero que lo que vivimos con este abogado fue un aprendizaje y, ahora, la experiencia quedó en mi memoria.

Agradezco la lección, pero esto no significa que lo sucedido esté bien.

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Estoy segura de que, en algún momento, la vida se encargará de compensar lo económico, pero de momento, suelto sentimientos que no me aportan y confío.

Durante los meses que Lucas ha estado en este proceso, he enfrentado una realidad completamente ajena a mí. En nuestra familia nunca tuvimos problemas legales, ¿por qué debía yo conocer sobre leyes, y mucho menos entender procesos penales?
No solo eso, era un país distinto y aunque hablamos español, no entendía muchos conceptos que aca tienen una interpretación. diferente 

He visto familias durante todo el proceso, que perdieron todos sus bienes materiales pagando abogados para defender a sus familiares. Personas que entregan sus casas, sus autos, negocios, o lo poco que puedan tener en cuotas mensuales. No es una historia,son muchas. 

Recuerdo una familia en la comisaría: la señora tenía tres trabajos, el señor también. Su hijo mayor estaba en la comisaría hacía más de un año. Estaba pálido el muchacho al no ver el sol en todo ese tiempo. Su hijo menor no podía entrar a visita, tampoco el padre, por ser hombres; no les permitían el ingreso, solo a mujeres.
Vendieron todos los muebles de la casa, dormían en un colchón en el piso para poder pagar al abogado particular. Habían entregado el auto, y ahora les estaba solicitando, como pago, la casa.
Así, muchas familias… es irracional, todo lo que hacemos por la libertad; un derecho de nacimiento, que con el pasar del tiempo encontramos la manera de administrar y sacar provecho.

No sabía cómo estaba conformado un proceso penal. Recibí una explicación sentada en un bufete de abogados, casi un año después, buscando alternativas para cambiar al defensor contratado para Lucas. En esa ocasión, tuve una reunión que orquestó un conocido con un grupo de cuatro abogados, en una oficina ubicada en un edificio en La Plata. Me explicaron entonces que el proceso se divide en tres partes: una etapa investigativa dirigida por un fiscal que siempre va a estar a favor de quien denuncia, una etapa de juicio en donde participa el juez y, finalmente, la etapa de ejecución de la condena.

Me dijeron: “Cuando pierda todas las etapas, venga con $15.000 USD y sacamos a su hijo.”

Aquello era un negocio. Todos ganan por partes: quien me llevó a la consulta legal gana comisión si el abogado toma el caso; el abogado gana al tener personas para defender; el fiscal, el juez, el policía, peritos, psiquiatras, secretarios, penales... todos existen porque hay delincuencia. A nadie le interesa resolver el problema de fondo, porque en esencia el problema es el sustento de todo el sistema.

Yo solo me puse a llorar ahí sentada. Me sentía subyugada. Aún siento que el monstruo es tan grande que sola nunca podré vencerlo.
Se llama la justicia del hombre, el negocio más grande que hemos apoyado y construido juntos. Detrás de cada delito hay una historia, pero tomarse el tiempo de investigar y buscar un abordaje integral retrasa el negocio, que necesita crecer en masa. A mayor cantidad de delincuentes, mayor ingreso.


El Miedo


El abogado se aseguró de dejarnos claras las reglas con las que se juega a la justicia en Argentina. 
Las sentencias se dictan por presiones sociales, dijo.

Algunas agrupaciones sociales habían ganado atención, logrando que la balanza se moviera siempre a favor de unos cuantos, utilizando medios de comunicación, redes sociales y cualquier método para hundir a aquellos que dicten condenas en contra de lo que exigen y reclaman como justo.
Con el tiempo, las leyes se habían "fortalecido" al son de sus demandas.

El mensaje era claro: había miedo. Se dejó de lado el juicio neutro, desplazado por el temor a perder una carrera laboral ante una lucha desigual, en donde el poder mediático supera el raciocinio de justicia o lo legal.

En las causas de abuso sexual se es culpable, hasta que el imputado demuestre lo contrarioAsí me aseguró desde el inicio que sería la evaluación del juez y no lo creí capaz; así resultó ser. 

De nuevo, encontré la evidencia entre las historias de los familiares de detenidos. Un señor estaba preso porque su amante, con la que quiso finalizar la relación, presentó una denuncia de abuso sexual. Su esposa e hijos lo visitaban cada cierto tiempo porque debían hacerse cargo del negocio que tenían como sustento. 

Un doctor quiso divorciarse de su mujer y esta puso una denuncia de abuso sexual durante los años de matrimonio; estaba preso y era imposible defender su inocencia. Otro chico de apenas 20 años, quiso separarse de su novia; esta lo denunció y ahora está arrepentida, pero ya no hay vuelta atrás. Lleva meses preso.

Me encontré a mí misma en un dilema como mujer. Había defendido por años una lucha de igualdad, pero aquí me enfrentaba a una desigualdad, en donde el derecho ganado se convirtió en una herramienta de abuso, utilizada por algunas a su favor.

No puedo generalizar, pero, es tanto el abuso que pierde credibilidad y es una lástima, porque costó tanto adquirirlo y muchas realmente lo necesitan.

No hay nada constructivo, cuando la fuente de existencia es el miedo y el odio.


La estafa

Lo llamaré estafa porque inicialmente nos llenó de esperanza, se ganó la confianza y utilizó el poder a su favor. Con conocimiento de las leyes, utilizó las herramientas que tenía de una manera astuta y una vez que el dinero estuvo en sus manos, cambió la retórica de su discurso.

Según dijo, era un abogado reconocido en La Plata y su bufete tenía varias oficinas en la ciudad y la persona que lo recomendaba, así lo constató. Posiblemente también ganó comisión. No tenía muchas opciones, fue el único que se ofreció en visitar a Lucas en un día feriado y en llevarle mi mensaje.

Luego de la visita a Lucas, me otorgó plazos para definirlo como defensor particular. Eso sí, bajo sus condiciones que según indicó, era debido a su exclusividad.
Según decía, teníamos la suerte de contar con su bufete pues era el mejor. Una vez en Argentina, nadie reconoció su nombre, solo eran él y su hijo representando a Lucas, pero, desde la distancia y con la desesperación del momento, supo aprovechar los sentimientos en juego para ganarse la confianza.

Aprovechó cada sentimiento que le compartí e, incluso, jugaba con mi fe. Me decía que encendiera velitas al arcángel que lleva su nombre, defensor de la justicia y protector contra las fuerzas del mal.

En algún momento llegó a convencerme de que el problema era mi ansiedad. Decía que yo estaba cargada de mala energía y me daba recetas para limpiar la casa usando incienso, ruda y otros ingredientes.
Empezó dándome ilusión en sacar adelante el caso de Lucas en 15 días y sus promesas se fueron enmarañando en un sinfín de excusas.

Con su traje oloroso a naftalina, llegaba a la casa y compartía un café entre charlas amistosas. Ese olor se quedó clavado en la memoria. Poco a poco fue trabajando en ganar mi confianza y así fue extendiendo mi estadía en Argentina.
Con astucia transformó los 15 días, en meses, en un año… y poco a poco fue apagando la ilusión de una salida.


El pago anticipado 

Como era un abogado importante, que no tomaba cualquier caso a la ligera y prácticamente estaba haciéndome un favor por medio de un conocido, la suma solicitada por sus servicios era de $12 000 USD. Su argumento.
Sus condiciones: yo tenía dos días para definir su contratación y siete días para entregarle la mitad del dinero en efectivo, en Argentina.

En la empresa donde trabajo, mis jefes han sido un gran apoyo humano, me ayudaron con un préstamo para cubrir parte de los gastos. El padre de Lucas también realizó un gran esfuerzo con préstamos para cubrir su parte y apoyarlo.

Logramos reunir la mitad del dinero y la tía de Lucas viajó primero con el efectivo, pero también con mucho amor y entrega para darle contención a Lucas. Cuando logramos recolectar la otra mitad en abril del 2022, yo viajé a Argentina.

Solicitamos algún comprobante de pago, sin embargo, dijo que en Argentina una hoja firmada con su puño y letra significaba más que una factura.
Conforme pasaron los meses, su amabilidad se tornó en necesidad por recolectar todo el dinero. Para julio del 2022, ya tenía todo el dinero en sus manos. Su discurso había pasado de un tono esperanzador, a insistir en una estrategia que sin autorización alguna y de manera arbitraria impuso como la únca opción.

Amenazas 

Su hijo, quien también figuraba como abogado de Lucas, llegó a la casa, para retirar $2500 USD, que le entregué contra firma en la hoja de renglones y resortes recortados, para marcharse con urgencia porque iba a comprar un auto.
Luego regresó a exigirme que le cambiara los billetes de denominación de $20 USD por billetes de $100 USD, “nuevos, de cara grande”.
Tuve que entregarle lo que tenía, pero, me quedé llorando del miedo; la impotencia ante su exigencia y sentirme desprotegida porque me tenían en sus manos.

Luego vino el abogado de Lucas a la casa. Yo estaba sola nuevamente y le expliqué que no tenía las denominaciones de billetes que exigía.
Recibió el dinero, lo contó, apartó los billetes de veinte y me los tiró en la mesa.
Con voz fuerte me gritó diciendo: — ¡Esto no te lo tomo! Tenés que buscar billetes de $100 USD.

Nunca me había sentido tan amenazada como en ese momento.
Estaba temblando, era mi casa pero estaba bajo su control, sola, frente a aquel hombre amenazante, sentía tanta impotencia.
Apelé a su razón, diciéndole que esto no era parte de un acuerdo previo.
Luego finalizó diciéndome: — Tranquila Caro, estás muy ansiosa!
Siempre mi supuesta ansiedad era su excusa para evadir su responsabilidad.

Me quedé llorando mientras él se marchó sin remordimientos cargando el total de su dinero.

La estrategia

En mayo del 2023, ya no era posible la comunicación con el abogado.
Entonces él nos sugirió cambiar de defensor.
Realmente quedé sorprendida de esta propuesta, ¿acaso iba a devolver el dinero o al menos parte de esto? Por supuesto que no.

Todo esto surgió cuando Lucas inició terapia con una nueva psicóloga y ella, como gran profesional, fue más allá y revisó la causa.
Un día, ella nos preguntó: — ¿Conocen la estrategia que está ejecutando su abogado?
Siempre pensamos en buscar la libertad de Lucas, libre de culpa y cargo.

Pero, ella nos confirmó que la estrategia del abogado era otra.
Una estrategia jamás conversada con Lucas y mucho menos, aceptada.
Una estrategia que solo era clara en el panorama del abogado.

Quería evitar un juicio, pues significaba más trabajo.
Por lo tanto, negociar una condena con la fiscalía por medio de un proceso abreviado era menos tedioso y significaba una salida rápida para él, en términos laborales.
Una forma fácil de ganar dinero.

En ese punto, nos dimos cuenta que durante todo el proceso de investigación de la fiscalía, el abogado jamás presentó un solo informe, no solicitó una sola pericia, no objetó pruebas, no presentó alegatos ante la elevación a juicio.
Estuvimos indefensos.

La causa de Lucas aparece ante otros abogados y jueces consultados como, in-defendido durante toda esta primera etapa. Existía un abogado particular pero, nunca fue su interés defender la libertad de mi hijo. Todo lo contrario, negoció con la fiscalía una salida a costas de un gran sufrimiento en el proceso.

A partir de esa fecha, cambiamos de abogado.
Esta vez con pagos en tractos que han sido un poco más llevaderos.
Las opiniones al respecto de lo sucedido sobraron y hasta en cierto punto, provocaron que me sintiera culpable ante mi ignorancia sobre los procesos penales y el exceso de confianza.

Hace tiempo que me encontré a este abogado en la sala del Juzgado, en una de mis tantas visitas para revisar el expediente de Lucas.
Lo saludé cuando él se percató de mi presencia.

De seguro estará leyendo mi texto porque, aún me conserva en sus contactos y revisa mis historias.

Aprendí mucho en el camino y él es parte de esta historia. 
Le agradezco porque me ayudó a enfrentar sentimientos que sin su intervención, quizá no hubiese confrontado nunca. Le pedí por correo que me regrese parte del dinero, y me bloqueó de sus contactos.
Lo que él hizo, se catalogaría como estafa y abuso del poder.

Quizá me llame ignorante y supo manejar todo bajo la protección de la ley.
Algún día esa ley o una ley superior tendrá un peso sobre él y quizá aprenda la gran lección de humanidad que conmigo logró evadir.

Agradezco la lectura, realmente es valioso su tiempo y aprecio que compartan el mensaje.
Los procesos legales son desgastantes y espero que algún día encontremos una solución más humana que seguir almcenando personas en centros penales.

Ahora estamos en la etapa de apelación de la sentencia.
Este proceso también tiene un costo económico y si está a su alcance aportar para ayudarnos a enfrentar esta nueva etapa, será una gran bendición para nosotros 🙏🏻

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Carolina Solórzano
"Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no solo entre ustedes, sino a todos."
1 Tesalonicenses 5:15


Comentarios

  1. Dios con ustedes siempre ,nunca te desanimes, Dios tarda pero no se olvida,todo tiene un por que en esta vida,un gran abrazo Carito y Dios ,esa fuerza divina siempre estará con usted,y con Lucas,ya verás que pronto todo será un mal recuerdo, un gran abrazo y miles de bendiciones ❤️ 😘 🙏

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  2. Que Dios siga fortaleciéndose y te de la sabiduría para continuar con este proceso. Nosotros nos unimos en oración invocado al Espíritu Santo para que este siempre a su ampara y la proteja de todo tipo de malas intenciones.

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